Por Brenda I. Peña López
Ir a la noticia
El actor, conocido por sus personajes cómicos, interpretará a un extransformista en la obra “Testigos de la Luna Azul”
No piensa en la vejez. En lugar de complicarse pensando en los retos que vienen con la edad dorada, el actor Víctor Alicea prefiere que la vida lo sorprenda.
No obstante, aunque los temas de la edad no le preocupan, es consciente de la soledad y el abandono que experimentan muchas personas al entrar en años y ser olvidados por sus familias.
Alicea caracterizará, precisamente, a un anciano solitario que en su juventud fue un exitoso transformista en la obra de teatro “Testigos de la Luna Azul, que estrena el próximo 22 de abril en la Sala Experimental del Centro de Bellas Artes Luis A. Ferré, en Santurce.
Este es, a nivel profesional, el primer papel dramático que realiza el creador de personajes como “Epifanio González Villamil”, “Luzma”, “Meñique” y “Guille”. Y aunque para él cada trabajo es un reto, afirmó que este ha logrado sacarlo de su zona de comodidad.
“Yo digo que entro profesionalmente con la compañía Teatro del 60, pero siempre hacía comedia musical, teatro popular. En este papel dramático el reto es todo, porque como la gente lleva tanto y tanto tiempo viéndome en comedia… es más sacar a la gente de la imagen de ‘Epifanio’, de ‘Guille’. Porque (Roberto) es homosexual, pero no es ‘Guille’, es un viejo, pero no es ‘Epifanio’. Ese es el reto. El reto es el público”, expresó.
En esta etapa de madurez personal y profesional, Alicea indicó que no se inclina más hacia un género dentro del teatro; prefiere apostar, más que nada, a papeles de calidad.
“A mí me encanta hacer comedia, me encanta hacer teatro dramático, hacer musicales, y me gusta hacer de todo, pero si me llaman a drama, me encanta”, sostuvo.
Como parte de su preparación para este rol, el histrión recorrió algunos establecimientos gay en la zona metropolitana para estudiar el comportamiento de los homosexuales en edades más avanzadas. De ese experimento social pudo apreciar que el público de 60 años en adelante es un tipo de cliente habitual.
“La mayoría tiene los padres muertos. La mayoría viven solos y ven en la barra una extensión de su familia. Un fundamentalista había planteado que los gay son antifamilia y lo que pude recoger es que la mayoría de los gays son los que terminan cuidando a sus papás porque los hermanos se casaron y tienen otro núcleo familiar”, explicó.
La pieza teatral, escrita y dirigida por Adriana Pantoja, según señaló, presenta la realidad de los ancianos, el abandono de sus familias y los estigmas del pasado con que viven algunos. Además, lleva un mensaje claro sobre la equidad, el perdón, la necesidad de comunicación en los núcleos familiares y la espiritualidad.
En “Testigos de la Luna Azul”, su personaje es rechazado por su hijo “Bobby” por su pasado como transformista, a pesar de este haber sido un buen proveedor con su familia. Como consecuencia de ese abandono, vive sumido en la depresión. La trama se complicay se desata una lucha de poderes cuando “Bobby” regresa al hogar de su padre para pedirle dinero y se encuentra con “Ito”, un joven tartamudo y disléxico que ayuda a Roberto con las compras y mandados. Roberto tendrá que decidir si dejarle la herencia a su hijo o dividirla entre este y el chico que le ha llevado un poco de alegría. El elenco integra también a Liván Albelo (Bobby), Omarjadhir Flores (Ito) y Ricardo Santana (Luna Azul).
Alicea anticipó que en esta caracterización dará algunos pasitos de baile, y pero no precisó si el público lo verá vestido de mujer.
Por su parte, Pantoja explicó que lo que la motivó a escribir la pieza fue ver cómo socialmente a veces se rechaza a los ancianos “como si nunca fueras a llegar a viejo”.
Asimismo, enfatizó que el papel de “Roberto” fue creado particularmente para Alicea, de quien alabó sus destrezas histriónicas y su capacidad como comediante.
“Desde que empecé la obra, lo pensé para él sabiendo que él tiene unas tendencias hacia la comedia, y dándole en la obra ese girito para que él pueda también sacar sus momentos cómicos. Pero yo sé también que él es un buen actor. Él no es comediante, él es un actor que hace comedia”, destacó la directora.
La obra se presentará del 22 al 24 de abril, y del 29 de abril al 1 de mayo. Las funciones de viernes y sábado son a las 8:30 p.m., y domingo a las 6:00 p.m. La última función contará con un intérprete de lenguaje de señas para beneficio del público sordo.