Una Dualidad más vigente que nunca
En momentos en que la iglesia católica pasa por una transición importante, la visión, apertura e intercambio de ideas sobre la homosexualidad, que promovió Bergoglio, están en peligro. Desde el advenimiento del Papa Francisco como líder espiritual de los católicos comenzó un proceso de diálogo sobre la espiritualidad que ofreció un panorama amplio e inclusivo dentro de la iglesia, sin que esto invalidara las posturas oficiales de la institución; una especie de balanza entre el corazón y la práctica que promovió, precisamente, un acercamiento de participación masiva. Para la iglesia católica la homosexualidad no es el pecado; el pecado estriba en el acto homosexual, lo que pone en perspectiva la participación sin prejuicios de todo aquel que, aun siendo homosexual, pueda acercarse a la institución desde una espiritualidad genuina.
Padre Eduardo (Edwin Ocasio) es un sacerdote homosexual que ama su vocación y a entregado su sexualidad a la iglesia en un voto de castidad inviolable porque para él su fe está por encima de todo lo demás. El Cardenal Montes (Gerardo Ortiz) es su superior. Líder con una visión un poco más rígida y arraigado a una formación teológica de corte fundamentalista que hará lo imposible por callar las voces de Eduardo. Dos visiones diferentes de una misma fe… una lucha sin cuartel en la que seguramente, todos perderán.
La Hermana Luna (Aida Encarnación) es la más antigua en la institución, tiene el poder que le da el tiempo, pero además tiene su propia voz y la usará sin importar las consecuencias. Para ella el poder y la fe son dos cosas diferentes. ¿Pero qué sucede cuando Padre Luis (Esteban Calderón) llega a la institución recién graduado de Roma…?
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